10 feb 2015

Exposición colectiva "El tiempo de las canciones"

"EL TIEMPO DE LAS CANCIONES" Exposición colectiva en la galería My name's Lolita Art. Madrid.

Este jueves día 12 de febrero se inaugura en My name's Lolita una exposición colectiva comisariada por el artista Dis Berlín.

La propuesta que nos hizo fué que eligieramos una canción para ilustrarla en formato portada de "single" (vinilo de 45rpm), es decir respetando las dimensiones de 18x18 cm.

Y la verdad es que no resultaba fácil para mi porque, sinceramente, en general me cuesta ilustrar ideas ajenas, así que deseché muchas canciones que me encantan pero que era incapaz de convertir a imágenes. 
Al final elegí una de Bob Dylan, un fecundísimo "hacedor" de canciones que siempre he disfrutado escuchando. Y no, no es "When I paint my masterpiece" ni "She belongs to me" (She's got everything she needs,  She's an artist, she don't look back,  She's got everything she needs, She's an artist, she don't look back, She can take the dark out of the nighttime, And paint the daytime black,..), las dos son demasiado "oscuras" para mi. La ganadora fué "I'll be your baby tonight", canción sencilla donde las halla y que invita a disfrutar (al menos por una noche). Es de las que siempre canto mientras la escucho sonar.


"I'll be your baby tonight, (Bob Dylan)" Acrílico sobre tela, 18x18 cm.
 
En la Galería My Name’s Lolita Art. Calle Almadén, 12, bajo. Madrid. Desde el 13 de Febrero.

Acabo con un texto del comisario sobre la exposición.


45 RPM

Esta exposición es un homenaje a las canciones.
Quienes tuvimos la suerte de tener tocadiscos de jovencitos, paladeábamos la música canción a canción en los discos de 45 rpm. A parte del encanto de sus portadas, en ellos estaba generalmente lo mejor de los LP’S.
El impulso de querer escuchar determinada canción, tenía la ritualización inevitable de sacar el vinilo de su funda, colocarlo en el giradiscos y finalmente con delicadeza posar la aguja. Antes de esto, estaba la decisión de elegirla entre todas las que nos tentaban en la tienda discos, pues era un objeto caro.
Ahora que la música parece llovida del cielo, con Spotify o los MP3, los tres minutos que solía durar una canción, ya no son el formato con el que se suele disfrutar la música. El mismo empacho se ha impuesto en los interminables CD’s, frente a la más o menos media hora que duraban los LP’S.
Me temo que ese cambio no es algo que tiene solo que ver con la forma en que se reproduce la música, sino con la esencia de lo que es o no es una canción.
Hoy mucha gente confunde “temas” con “canciones”. Simplificando, la diferencia entre uno y otro sería que un tema se nos olvida a los pocos minutos de haberlo oído; una canción, buena o mala, se nos graba, a veces a fuego, en nuestra memoria. Basta una ráfaga de notas de una canción que no escuchábamos hace años, para que cobre vida de nuevo. Un tema, debido a su naturaleza amorfa, nace de la nada y se va al olvido. Una canción, a veces a pesar nuestro, es un “alien” que vivirá para siempre dentro de nuestra mente o de nuestro corazón.
El título que he elegido para esta exposición es la frase con la que suele iniciar su programa “Islas de Robinson”, Luis de Benito en Radio 3. Un programa que, al igual que el imprescindible “Flor de pasión” de Juan de Pablos, recomiendo siempre a los fanáticos de las canciones.
Aunque, por desgracia, es raro que nos pidan portadas a los pintores, somos probablemente el gremio que más música consume y que por lo tanto más disfrutamos de su influencia.
 

Dis Berlin