Esta empezaba a ser mi sensación...
La invitada inesperada, es el título con el que vuelvo a exponer en Madrid cuando casi se cumplen 8 años desde la última individual en mi ciudad.
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LA
INVITADA INESPERADA.
Cuando
pinto o dibujo nunca tengo el control, mi método es ir salvando obstáculos
imprevistos hasta acabar la pieza. Practico una especie de indolencia técnica
involuntaria que choca con mi manera mucho más controlada de elegir los
motivos. Esa constante incertidumbre hace que mi trabajo resulte una tarea de
lo más emocionante.
Estas
sorpresas que me proporciona la práctica de la pintura son invitadas
inesperadas que me visitan y alegran en el estudio a diario.
A
veces ocurre que aparecen cosas en los cuadros después de pintarlos.
Significados que rebosan y que son independientes de la primera intención que
me llevó a realizar esa obra.
La
serie de “Las camas” de esta exposición surgió buscando documentación en las
revistas de decoración para hacer una serie sobre casas de coleccionistas. Me
tropecé con los dormitorios de las casas de algunos artistas y galeristas y
tuve el impulso de pintar sus camas. Y una vez pintadas han adquirido una
personalidad propia.
Llevo
tiempo trabajando sobre los espacios impersonales y clónicos que la
globalización nos está obligando a habitar, estas casas que las revistas de
decoración más exclusivas presentan como “las más bellas del mundo” no escapan
en absoluto a este mal. Siempre intento encontrar algo que se haya salvado de
esa marea de homogeneidad impuesta, y algunas camas inesperadamente acaban
teniendo rasgos atribuibles a caracteres diferentes.
Las
publicaciones dan los nombres de sus dueños (los artistas Louise Bourgeois y
John Curryn entre otros) aunque es posible que ninguno haya dormido en estas camas y todo forme
parte de un juego de decorado y artificio.
Las
camas han sido uno de mis temas recurrentes y obsesivos. Las de esta
exposición, sacadas de las revistas de decoración, no tienen aquella intención
autobiográfica que impregnaba todas
las que pinté en los 90 y primeros 2000 bajo la invocación del escritor
Georges Peréc. Sin embargo después de pintar estas últimas creo que de las
imágenes aflora esa sutil huella que es capaz de evocar y recordar a alguien o
algo.
También me sorprenden las
cosas a mi alrededor. Práctico la observación de mis territorios más cercanos y
rutinarios. Rastreo para encontrar las materias de mi iconografía. Llevo más de
10 años sacando fotos a los muebles con los que me topo en la calle. Comencé
este registro fotográfico sin un fin concreto, sólo porque esos objetos
llamaban mi atención, me preguntaba si era la única que se había dado cuenta de
la cantidad de sillas, sillones, sofás y asientos de toda índole que a diario
puedes encontrar nada más salir de tu casa. Más adelante nació la serie “Homeless”(sin
techo), que podría describirse como una colección de retratos de muebles
abandonados, la cual incorporé a la lista de familias de imágenes que tengo
abiertas simultáneamente y a las que sigo añadiendo miembros a modo de “work in
progress”. Los dibujos de esa serie llevan por título el nombre de la calle en
donde hice la foto.
Tiempo
atrás hice una serie que se llamaba “Vida salvaje” sobre mobiliario extraño y
mutante surgido de los catálogos de ofertas de muebles que dejaban en el buzón
de casa, y con la que pretendía parodiar la obsesión consumista que esa
constante y abrumadora avalancha de publicidad provocaba a mi alrededor. Sin duda mis “Homeless” son las victimas de ese fenómeno.
No puedo retirar de la calle los muebles que me encuentro y recogerlos a todos en mi casa, pero si puedo rastrear ese significado impreciso del que son portadores, transmitirlo a través de las imágenes y esperar que más gente lo perciba también.
Mi primera impresión al ver los muebles (casi siempre sillas) es que tienen vida, enseguida noto una actitud, un algo que los convierte en personajes, y me siento obligada a reproducirlos para que otros vean lo que yo, y así sacar a la luz el carácter de signo de esos objetos rechazados.
Estas criaturas han ido abarrotando el apartado de sillas con “ojos” de mi archivo, y me han empujado a crear esta galería de “Retratos de Asientos” para inmortalizar con primeros planos sus “miradas”.
Por ultimo las “mesas de colores”, son de la cafetería de un centro de arte. Pretendía seguir la estela de mi serie “Playtime” sobre lugares públicos. Lo que yo no había previsto es que las imágenes me invitaran a empezar una serie como ejercicio de variaciones de dibujo, luz y color.
Muchos
de éstos “ no invitados” de mi exposición están inquietos por colarse en otros
sitios, buscan nuevos anfitriones, yo recomendaría al visitante que no se resista a su presencia y
disfrute de la compañía.
T M 2013